“Los Técnicos en Emergencias Sanitarias sois imprescindibles para dar la buena respuesta que la sociedad espera de nosotros”

Ambulàncies Catalunya hemos conversado con Dani Martínez, enfermero asistencial del SEM y uno de los muchos profesionales que atendieron a las víctimas en este trágico suceso. Una actuación, la de los profesionales del SEM, que recibió elogios a nivel internacional.

Asimismo, Ambulàncies Catalunya tuvimos el placer de colaborar con Dani en uno de los módulos que imparte en el Máster en Emergencias y Catástrofes de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). Lo hicimos con un taller de montaje de nuestro Punto Médico Avanzado, y, gracias a la buena acogida obtenida y a la oportunidad que nos brindó Dani, esperamos realizar con él un nuevo taller el próximo mes de abril.

Así pues, conversamos con Dani, agradeciéndole de antemano que nos haya compartido su experiencia, como enfermero y como profesor, y como persona y profesional que ha prestado servicio en incidentes de múltiples víctimas, como desgraciadamente fue el atentado en La Rambla de Barcelona. Mil gracias, Dani.

Conversamos sobre el Taller de Incidentes de Múltiples Víctimas (IMV) del Máster en Emergencias y Catástrofes de la UAB-Vall d’Hebron:

Dani, ¿qué tipo de módulos impartes dentro del Máster?

Dentro del módulo teórico, me encargo de las sesiones de electrocardiografía, ventilación mecánica, control de vía aérea, anestesia e intubación, y múltiples víctimas. En el módulo práctico, junto con mis compañeros, hacemos talleres de Soporte Vital Avanzado en el paciente con patología médica y traumática, coordino el módulo de rescate en montaña que hacemos durante una semana en Andorra, y el de múltiples víctimas que organizamos con vuestra colaboración en una casa rural un fin de semana.

¿Cuál suele ser el perfil de las personas que participan en estos módulos?

Nuestro Máster está enfocado a enfermeros, aunque casi cada año también tenemos médicos. El perfil del alumnado del Máster ha ido cambiando progresivamente en las últimas ediciones. Hace unos años a un Máster se apuntaban mayoritariamente profesionales con años de experiencia laboral, que querían especializarse y centrar su carrera profesional en un ámbito. Actualmente, el perfil mayoritario es de compañeros que han acabado el grado hace muy poco y, en nuestro caso, les llama la atención el mundo de las urgencias y emergencias, y quieren enfocar su currículum a ello. También hay que destacar que cada año tenemos alumnos de otras CCAA, sobretodo de País Vasco, Andalucía y Baleares, y algunos de otros países, que vienen a formarse con nosotros.

Respecto a un IMV, ¿qué es lo principal que debe tener en cuenta el TES, como parte del equipo, cuando se encuentra en una situación de catástrofe?

El TES, al igual que el resto de intervinientes pero especialmente, no debe olvidarse nunca del primer paso en toda intervención, el PAS. El concepto de seguridad debe ser una máxima en cualquier profesional de la emergencia, en cualquier situación, y especialmente en un IMV. En estas situaciones es fácil que bajemos la barrera o aparezcan actos “heroicos”, y lo más importante del servicio es que volvamos todos tal como hemos empezado la guardia. Nuestra labor es solucionar problemas, no formar parte de ellos.

¿Cómo se consigue mantener la cabeza fría en un IMV? ¿Es una capacidad que se adquiere con la experiencia?

Evidentemente la experiencia es necesaria y hace que tengas más recursos para afrontar cualquier situación y gestionar tus reacciones. Es un hecho que la experiencia te curte, pero para mí es muy importante la formación. En nuestro trabajo, muchas veces hay que tomar decisiones rápidas sin tiempo a grandes reflexiones, por lo que debemos tener interiorizados los procedimientos para que en ese momento salgan sin tener que pensarlos, y eso sólo se consigue entrenando una y otra vez, hasta que no pueda salir mal. Evidentemente la realidad siempre te sorprende y supera lo que tenías previsto, y hay que saber adaptarse y reajustar la respuesta. Es en esa flexibilidad donde sí que entra la experiencia del profesional.

Cuando se trata del montaje del PMA en un IMV, ¿qué es lo principal a considerar en una situación de catástrofe?

Esto va a depender mucho del tipo de incidente en el que nos encontremos, no es lo mismo un accidente de autocar en medio de una autopista que un atentado con tirador activo. Como norma general, creo que lo principal es dar un paso atrás, entender el incidente en su globalidad y, a partir de ahí, decidir qué localización es la más segura y con mejores accesos y salidas. Obviamente, esto no siempre es fácil ya que no dispondremos de toda la información necesaria.

La estructura clásica de “hospital de campaña” inflable que a todos nos viene a la mente no siempre estará disponible y puede no ser la mejor opción. Por ejemplo, en un atentado terrorista siempre tendremos que buscar estructuras físicas más seguras donde poder confinarnos, si fuera necesario; en un accidente en una carretera comarcal de una zona muy alejada, donde tardará mucho en llegar la asistencia, tendremos que buscar un espacio amplio donde agrupar a los heridos y que funcione como área sanitaria. Sea como sea, es muy importante que todos los intervinientes sepan dónde está y tenga una única vía de acceso y una de salida bien señalizadas.

Tras participar en un taller de IMV, ¿qué impresiones recibes de los alumnos, con qué se quedan principalmente?

En general, todos dicen que es muy complicado ponerse en situación y quitarse el “chip” asistencial. Somos sanitarios y a lo que estamos acostumbrados, y con lo que nos sentimos más cómodos, es la asistencia al paciente. Pero aquí toca salir de la zona de confort. En éstas situaciones es más importante la organización y gestión, y nos cuesta hacer ese cambio de rol. Cuando estás haciendo un triaje primario y te encuentras con un paciente grave, instintivamente quieres dedicarle todo tu esfuerzo y conocimiento, pero si tu función es de “triador” no puedes quedarte con él, tienes que seguir con el siguiente ya que hay que pensar en la colectividad y no en el individuo, y a eso no estamos acostumbrados.

¿Cuáles son los próximos módulos que tienes previsto organizar?

Pues ahora mismo estamos a punto de realizar el módulo de montaña, que será a finales de febrero en la estación de esquí de Grandvalira, en Andorra. Son 4 días donde, en colaboración con el SUM (el servicio de emergencias andorrano) y los písters de la estación de esquí, nuestros alumnos participaran en diferentes ejercicios y simulacros en el entorno de la montaña y las pistas. Es un módulo que siempre llama mucho la atención y están deseando que llegue, ¡pero no puedo contaros mucho más porque para ellos es todo sorpresa!

Según tu experiencia en desastres, ¿que cambiarías respecto a los protocolos actuales en un IMV?

Es difícil poner sobre papel e intentar organizar lo que por definición será una situación de caos, así que creo que deberíamos simplificarlos, establecer unas estructuras y líneas primarias de trabajo, que todos conozcamos y tengamos asumidas, pero sin grandes documentos de cien páginas imposibles de recordar. Lo más importante, como he dicho antes, es practicar y practicar hasta que todos los intervinientes asuman los protocolos como algo rutinario, y es la única manera que entre todos detectemos puntos de mejora.

Participar en simulacros no debería ser algo opcional o esporádico, creo que tendría que ser obligatorio que todos los que trabajamos en emergencias lo hiciéramos periódicamente. Y no hace falta un gran simulacro en un aeropuerto, hay ejercicios que se pueden practicar en un aula, y también tenemos que acostumbrarnos a poner en marcha estos procedimientos con pequeños incidentes del día a día, un accidente de tráfico con 5 heridos o una evacuación preventiva de un edificio por un incendio son buenos escenarios para hacerlo. Otro punto imprescindible para mí es que estos protocolos (y sus simulacros) integren a todos los intervinientes, y me refiero tanto a hospitales, centros de salud, unidades de Soporte Vital Básico y del transporte no urgente, como a policía, bomberos o cualquier otro servicio que estará implicado, incluso a los ciudadanos. Tenemos que conocernos, saber como trabajamos cada uno y hablar el mismo idioma.

Hablamos con Dani sobre el atentado del 17 de agosto en La Rambla de Barcelona:

El servicio realizado por el SEM en el atentando del 17 de agosto del 2017 en La Rambla de Barcelona obtuvo muchos elogios a nivel internacional. ¿Qué fue lo más destacable de la labor realizada?

Yo destacaría la respuesta en conjunto, tanto de la ciudadanía, policía y bomberos, como la de todos los profesionales sanitarios que intervinieron y los que se ofrecieron para hacerlo que fueron muchos. Hubo un gran trabajo en equipo, cada uno dando lo mejor de sí sin cuestionar al otro, me llamó la atención el silencio y el tono de voz de los que estábamos allí, no recuerdo gritos ni sensación de nerviosismo, sí de responsabilidad y confianza entre todos. Creo que la capacidad de respuesta y organización fue la clave en esa tarde, empezando por las salas de coordinación, las unidades que intervinieron (tanto SVB como SVA), directivos y siguiendo por los hospitales, que organizaron rápidamente sus servicios de urgencias, quirófanos y UCIs, dando una respuesta integral como sistema sanitario.

¿Qué aprendizajes, a nivel profesional y personal, se obtienen en una situación de esta magnitud?

Lo resumiría con una frase que siempre digo a mis alumnos (y no sé de quien es): “Nunca llegaremos a ver todo lo estudiado, y nunca estudiaremos todo lo que nos queda por ver”. Los que nos dedicamos a la emergencia solemos decir que la calle engancha, y nos motiva el pico de adrenalina cuando pasas de estar tomando un café a un aviso de un paciente grave, pero es fácil caer en la desmotivación cuando llevas guardias sin sentir esa sensación. La realidad de los servicios de emergencia está cambiando y el perfil de pacientes también, y debemos adaptarnos a ello, pero no dejemos de creérnoslo, trabajamos en emergencias con lo que ello comporta, y hay que estar preparado para responder ante cualquier situación. No debemos confiarnos en que lo sabemos todo y que estamos preparados para lo que sea, porque siempre hay situaciones que te pueden sobrepasar, siempre hay cosas por aprender y margen de mejora. De ahí la necesidad de formación y práctica continuada.

Según el Dr. Joan Sala, director general del SEM, el 17 de agosto de 2017 “será una cita obligada de todos los másteres de emergencias”. ¿Qué mensaje mandarías a los chicos y chicas que se están preparando para ser TES?

Yo les aconsejaría que no dejen de prepararse nunca, la formación continuada es imprescindible y siempre hay cosas por aprender. No sirve aquello de “esto no me va a pasar a mí” o pensar que ya vendrá alguien que sepa lo que hay que hacer. Los TES sois la primera línea y el colectivo más numeroso en la prehospitalaria, la primera anilla de la cadena de supervivencia, así que sois imprescindibles para dar la buena respuesta que la sociedad espera de nosotros.

Sobre Dani Martínez…

Dani es Diplomado Universitario en Enfermería por la Universidad de Barcelona, con diversos postgrados en urgencias hospitalarias y extrahospitalarias, y Máster en Emergencias por la Universidad Autónoma de Barcelona. Trabaja como enfermero asistencial del SEM en Barcelona ciudad, es profesor del Máster de Emergencias y Catástrofes de la UAB-Vall d’Hebron, y Coordinador del Grupo de Trabajo SVAE de SEMES.

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